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      Las micosis son infecciones producidas por hongos. Estos gérmenes al infectarnos se nutren de la queratina de nuestra piel y/o nuestras uñas.

      Las "onicomicosis" o infección fúngica de las uñas no solo afecta a la lámina ungueal sino tambien al lecho y la matriz llegando a provocar la destrucción total de la uña e incluso hacerse crónico volviendo a salir infectada. Estas infecciones no curan por sí solas, necesitan tratamiento para no hacerse crónicas. No es por tanto un mero problema estético, pueden producir dolor en fases avanzadas y la autocontaminación a otras partes del cuerpo y contagio a otras personas. Incluso en pacientes mayores con diabetes pueden desencadenar otras patologías. Es necesario el diagnostico diferencial con otros agentes causantes de distrofia ungueal como traumatismos, atrofias, leuconiquias, onicólisis,..... En caso de psoriasis en la familia debe informarse ya que ésta puede aparecer solo en la uña.


Hongos


      Las "dermatomicosis", tambien llamadas Pie de Atleta o Tiña de pie, es una infección de la piel causada habitualmente por hongos dermatofitos de los géneros Trichophyton, Microsporum y Epidermophyton, presentando por tanto diferentes cuadros clínicos como la forma hiperqueratosítica de la Tinea en Mocasín, la forma vesicular o la ulcerativa más evololucionada; aunque sin duda la más frecuente es la Tinea pedis interdigital, mucho menos severa que las anteriores las cuales pueden confundirse con otros procesos de análoga sintomatología. Pueden preceder o coexistir en cualquier caso con la infección de las uñas.

      Aunque normalmente este tipo de infecciones suelen estar producidas por hongos dermatofítos pueden además producirlas un grupo de mohos y levaduras no dermatofitos que producen lesiones de aspecto similar. Por ello, en ocasiones y dependiendo de la importancia de la lesión, para su correcto tratamiento será necesario identificar el tipo de germen que produce la infección mediante cultivo en laboratorio que determine genero y especie que produce la infección y en especial si existe riesgo de que el agente causante sea endémico de otros países.

      Los hongos ven favorecido su desarrollo en ambientes viciados como el del calzado donde la oscuridad, el calor y humedad les proporcionan un hábitat ideal. Asi que para prevenir su contagio debemos mantener una buena higiene y secado de los pies y espacios interdigitales, evitando el exceso de sudoración con el uso de calzado apropiado y calcetines de fibras naturales que favorezcan la transpiración. Mantener la piel hidratada y usar calzado adecuado con un corte correcto de las uñas que evite microtraumatismos de repetición ya que los hongos aprovechan este deterioro para la infección. Así como no pisar descalzo en zonas susceptibles de contagio como saunas, piscinas, duchas colectivas,....

      Este tipo de infecciones aparecen con mayor facilidad en verano, siendo más frecuentes en adultos que en niños, en especial en personas de edad avanzada con enfermedades crónicas como diabetes y problemas circulatorios periféricos en que el flujo sanguíneo al pie no sea bueno, así como en personas trasplantadas o con deficiencias inmunitarias que disminuyen la resistencia a la infección.

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